sin poder corresponder
sin poder tocar la piel que arde
ni callar tus párpados con el aliento.
Que no importe
porque le robamos al día
jirones de papel rojo
y grabamos sonidos que suenan a otros.
Amarte o desearte.
Necesitarte.
Aún con el final tatuado en los dedos,
aún con el beso suspendido para siempre.
Hay un desenlace sellado, comunicado
y archivado
y mientras que ninguno quiere retroceder
hay una que no puede avanzar.
Congelar el tiempo
las edades
el eco de las palabras que no decimos
amargar el jugo para que sepa mejor
secretear con nuestras sombras
bailar
hacer zig zag
dar una vuelta entera y terminar de frente
absortos y entregados.
Amarte
a destiempo siempre,
rompiendo coros,
desarmonizándolo todo.
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