domingo, 6 de agosto de 2023

Abre

Me abro.
No como una flor.
Me abro más bien
como la carne de la fruta
lista para romperse en pulpa.

Me abro a tus manos
a tu boca, 
a tu pecho 
que hace trinchera en mi espalda.

Me rompo al crepitar de este deseo.

Te abrazo,
tu línea me atraviesa,
dolorosa y hermosa
incomprendida y exótica 
mía, siempre mía;
y como la fruta,
se sale todo de mi
para hacer río 
que desemboca en ella.

No quiero hablar de veranos
quiero el fuego
-imprevisto, agotador-
encendido en mi garganta.

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