sábado, 27 de mayo de 2023

Recreo

Una por una repaso tus palabras.

Las nombro con mi boca

queriendo dibujar la tuya.


Quise desarmarlas,

examinarlas con detalle,

entenderlas

y catalogarlas en mis estantes.

En cambio terminé 

sorprendida y ruborizada

ante la posibilidad del beso:

Mi boca imitando la tuya

bailando la melodía

de unas palabras idénticas

que en algún lugar

(al otro lado de este)

ya has encomendado a danzar.

Mi boca

la tuya

   y movimientos espejados

   y sincrónicos

   que si recortáramos de la distancia

   y los trajéramos a un mismo lugar

  ¿Acaso quedarían dudas

  de la figura que juntas saben formar?


Reviso una vez más nuestras notas.

Entre todas las palabras 

profundas

reflexivas

serias

y adultas

había dos bocas que sin ser vistas

siguieron desandando 

el camino simple y liviano

de jugar.


Sonrío, mientras te repaso una vez más.

Por un instante el fuego

le guiñó un ojo a la ternura.

martes, 9 de mayo de 2023

Guerra a las palabras

Hace días le doy vueltas al asunto

de tu boca y la mia,

de tu temperatura

regodeándose en mi piel,

de tu voz que se clava 

en los rincones de este cuerpo

que todavía

batalla independencia.

Temo estar llegando

al final,

al fondo -ya vacío-

del saco de palabras.

A veces esta guerra

se queda sin armas

y sin embargo

cuando pensamos que volvemos a casa

acá estamos nuevamente,

prestos a fabricar más lanzas.


¿Cuándo se termina esta poesía?

Y qué será de esta parte de mi

cuando se me agoten

las metáforas.

viernes, 5 de mayo de 2023

A la hora del postre

Como querer,
lo quiero todo.
Si se trata de morder,
si se trata de comer...
Dame.

Si hablamos de desear,
deseo todo.
Si se trata de vos,
de mi o
de esta montaña
de palabras
mal ordenadas
que somos:
si,
dame.

Si la pregunta es
en potencial,
dejame que
te muestre los dientes
en forma de risa y
revolee los ojos
hasta dejarlos blancos
y al grito tácito
de "cuál es la duda"
confirmarte
que si,
que claro,
que dame.

Sos la mesa servida,
el plato
rebalsado
chorreando
en el mantel.
Yo siempre comensal
me abalanzo
cuchara en mano.