Hace días le doy vueltas al asunto
de tu boca y la mia,
de tu temperatura
regodeándose en mi piel,
de tu voz que se clava
en los rincones de este cuerpo
que todavía
batalla independencia.
Temo estar llegando
al final,
al fondo -ya vacío-
del saco de palabras.
A veces esta guerra
se queda sin armas
y sin embargo
cuando pensamos que volvemos a casa
acá estamos nuevamente,
prestos a fabricar más lanzas.
¿Cuándo se termina esta poesía?
Y qué será de esta parte de mi
cuando se me agoten
las metáforas.
Por un momento creí que el blog había desaparecido.
ResponderEliminarShhhh... No le des ideas al desastre ;)
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