miércoles, 29 de noviembre de 2023

Abierto

Vení, caete conmigo.

Sobre mí también.

Vení, te invito. 

Tropezá y rompete la boca en mi piel.

Sangrá conmigo. 

Sobre mí si querés.

Después dejá que con mis manos 

te limpie la herida.

Dejá que con mis dedos

te dibuje alas rojas en la espalda.

Vení, acercate,

es preciso si querés escuchar tu nombre

siseando entre mis dientes

después de desperezarse en la punta de mi lengua.

Vení, caete conmigo.

Vení, que ya estoy en el piso

y me duele la panza de tanto reirme.

Vení que estoy llorando poemas

y te quieren comer.

Vení, de panza o de lado,

sobre mí,

conmigo,

adentro de mí.

Vení y movete conmigo. 

Encontremos la posición.

El rincón justo.

El cruce de miradas,

la seriedad repentina.


Te invito. 

Como a una fiesta.

Como a un ritual.


Vení que te abrazo.

Vení que te beso.

Vení que te envuelvo

con los pliegues

translúcidos de mi cuerpo.

Pero vení sincero, amor.

Vení honesto.

Que mi sombra me protege de las mentiras,

que mis pies corren antes

incluso de hacerlo consciente,

que me voy a terminar yendo de nuevo

sin saber por qué

hasta que un día una foto

un pedazo de canción

un fragmento de un libro

me develen el misterio.

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