He muerto amor
y es una pena.
Me lloro
amor
me duelo
acaricio mis brazos rígidos
mi pecho quieto
si empujo y rompo
puedo tocar mi corazón carne
tan ahora hielo.
He muerto amor.
He amado y he muerto por ello.
He dejado a la daga entrar
permití a la sangre salir
no la detuve
me vacié
amor.
Ahora los ojos grises
los dedos filosos
la boca en forma de pregunta.
No creas amor que no me arrepiento
deslizo las yemas
en la longitud
de mi piel
apenas me lleva un instante
recorrerme mármol
adivinarme piedra
cruzar tu cabeza sobre mi cintura
que se mueve con la melodía del llanto
tuyo
mío
entonces quiero vivir
y ya es tarde
qué pena
amor mío
no tenemos consuelo.
He muerto.
Amor.
Nada que hacer.
Lo supe tarde.
Quizás por eso.
Y yo que pensé que ese punto final sería el final de todo
y no
si ya oímos las voces
inoportunas impacientes
tramando para siempre
más versos
más historias.