viernes, 6 de enero de 2023

Poema animal

Me pide pruebas de vida.

Asalta mi madriguera tibia,

redobla las conjeturas y apuestas,

desacompasa mi ritmo entrenado

y además,

pretendiéndolo todo,

pide pruebas de vida.


Brama.

En medio de la calma, brama.

En medio del nido silencioso,

-sobre los jirones de las cientos

de cartas, cuentos,

prosa

y poemas

e infinitas palabras

que por él

se me han resbalado al texto-

brama,

pide,

solicita,

pretende,

quiere,

exige,

una vez más, mi voz.


Su serpiente

se esconde bajo 

las pieles del oso que podría ser

y se me acerca

-soy el animal

que hiberna quieto y ausente-

me huele,

me toca,

susurra siseos

que se enraizan por allá

en lo hondo de la conciencia.

Entonces

se aleja, 

escala a una cima

-la de siempre-

y desde allí,

incluso al borde de la desnudez,

pide, exige, pretende.


¿No me ve tiesa ya?

¿No me ve definitivamente blanca?

¿No me intuye en el final?

¿O lo sabe y no le importa?

Acaso la nostalgia

el mismo idioma

las imágenes compartidas

la travesura

la sonrisa.