sábado, 7 de enero de 2012

Verte y Renacer













Verte, y renacer.
Encontrarte entre miles de personas
con tantos días
de distancia entre nosotros,
y aún asi, creer nuevamente.
Verte, y revivir.
Creer de nuevo en la poesía,
en las estrategias
sórdidas de la vida.
Verte, otra vez.
Verte lejos
y tal cual como en tantos poemas,
sentirte cerca.
Sentir arder la sangre
que apenas
si fluía.
Verte y recordar las calles oscuras,
la casa vieja,
el idioma antiguo y primitivo
de la piel,
el aroma del delito,
la historia inconclusa,
la sinuosidad temeraria del engaño.
Verte pasar,
para verte irte,
y que eso esté bien.
Verte y presentir.
Saber ya acerca de las miles de personas más,
de los cientos de días
que aún quedan por acumularse
entre nosotros.
Las imágenes que no serán;
los poemas que no escribiré;
las palabras que no vas a pronunciar.
Verte pasar,
verte quedarte,
verte irte:
y revivir, por un instante, volver a ser.
Que te vayas,
y que esté bien:
que sea lo correcto;
así como la distancia,
lo ha sido siempre entre nosotros.
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